
Gracias, David, por la alegría que nos diste y por la alegría que nos da a todos los que te queremos ver ahí arriba, los que queremos este deporte y los que te queremos a vos.
No son muchos, los que te pueden decir esto, recordando, hace unos años en mi querido Unquillo, cuando vos eras chico y andabas, con tu pelo largo, casi blanco de rubio, arrastrando la raqueta, (más grande que vos), por la cancha y no nos dejabas jugar, jaja.
Gracias, de nuevo, por la emoción que nos das cuando ganás un partido y porque se nos humedecen los ojos, y gritamos y sufrimos "cada punto" con vos en la cancha.
Gracias, gracias, "GRACIAS MAESTRO", volvé al lugar que te pertenece, entré los grandes, y disfrutá este momento (no todos los días se le gana al Nº3, 2, y 1), que ...TE LO MERECES.-